El "mito" de la eterna juventud
Mantente joven hasta el final de tus días…
Tiempo de la infancia, juventud y madurez en el desarrollo personal.
La clave para madurar sin perder un aspecto juvenil en el exterior es madurar conscientemente en el interior. De lo contrario, el cuerpo tendrá que asumir las funciones que nuestra mente no haya integrado con el paso de los años. Esta es la razón de que, con el paso del tiempo, las personas (hombres y mujeres), pierdan salud en el interior y belleza en el exterior.
Algunos ejemplos de cómo el cuerpo compensa la falta de madurez interior:
El consabido aumento de peso que se achaca a la llegada de la menopausia no es más que un intento del cuerpo de consolidar y dar un aspecto «maduro» a todas aquellas mujeres que emocionalmente son niñas y que tan sólo reprimen u ocultan sus verdaderos sentimientos de frustración e impotencia ante el paso de los años.
Cintura gruesa y flotadores: compensan la falta de centramiento, de saber vivir en el aquí y el ahora.
Problemas de «nervios» o digestivos: falta de límites y claridad mental; confusión en la línea del tiempo.
Disfunciones sensitivas: (olfato, tacto, oído, vista, voz, músculos, etc.), generados por una aplicación errónea del sistema operativo humano (valores en la convivencia)
Mal funcionamiento orgánico: (pulmón, corazón, riñón, hígado, etc.); resultado de pagar las facturas de los excesos emocionales acumulados (tristeza, desorden, miedos, agresividad, rabia, etc.), día tras día; y los excesos alimenticios que tratan de compensarlos.
Con la llegada de la madurez, nuestro sistema orgánico entiende que nuestro paso por la vida ha de serenarse y hacerse sentir para los demás, aplicando de forma natural (biológica), el programa que yo llamo «YA SABES» así que puedes caminar tranquila o tranquilo… Y en ese caminar sereno se incluye el funcionamiento de todas las funciones orgánicas.
La madurez es un tiempo en el que, si se ha madurado correctamente, la mente ya no necesita «pensar» para conocer el resultado de las cosas pues, con el paso del tiempo y, sobre todo, el uso coherente de los sentidos, ha desarrollado al máximo el llamado sexto sentido o intuición.
«La intuición es aquella función de la mente que nos permite ver las cosas con total claridad antes de que se materialicen ante nuestros ojos».
En realidad, lo que sucede es que el proceso de «pensar-procesar-registrar-etc.» se ha interiorizado y se ejecuta a una velocidad tal que nuestra mente consciente no puede seguirlo y los resultados llegan apenas un segundo después de que la cuestión se hay planteado. A veces, ni siquiera la has planteado y tu sistema ya te ha facilitado una lectura automática de un ambiente o persona, a sabiendas de que la vas a necesitar en un futuro próximo.
Esta es una de las múltiples ventajas de llegar a la madurez, siempre que como persona hayas asumido que tu caminar por la vida, con sus luces y sus sombras, ha valido la pena.
Si por el contrario, no puedes asumir que tu «historia personal hasta el momento» ha valido la pena, el deterioro orgánico, la pérdida de funciones y la falta de sabiduría propia de la madurez están garantizados…
Si eres una persona que va de camino a la madurez, recuerda que tu cuerpo sabe quién eres y de dónde vienes y si aprendes a escuchar los mensajes que te envía…. Sabrás en todo momento hacia donde te diriges…
Si no lo eres y te interesa aprender…
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