¿Humanos o primates?
Relaciones grupales. Grupo e individuo
Este artículo forma parte de las bases del método cronos. Lo he editado pensando en la cantidad de conflictos que tienen las personas en el área de relaciones al no tener claros los parámetros individuo/grupo… La idea es actualizar dichos parámetros pues una mayoría de personas funcionan todavía desde el nivel emocional sin aportar consciencia a sus relaciones lo que las mantiene en un estadio evolutivo anterior al «sapiens»…
Mi intención es contribuir a que esta herencia emocional se disuelva lo antes posible pues es la que nos mantiene sumidos en todo tipo de conflictos o experiencias de dolor…
Mientras crecemos y nos desarrollamos pertenecemos al grupo familiar o clan donde hemos nacido (crecimiento vertical). Una vez que maduramos como personas nos individualizamos para buscar una pareja con el fin de reproducirnos y estabilizar nuestro crecimiento. Una vez emparejados nos centramos en mantener la estabilidad y el desarrollo de nuestra familia (crecimiento global) y nos estructuramos en base a la profesión o rol social elegido.
El establecimiento o formación de grupos o de parejas al azar, no tiene ninguna base biológica, ni se sostiene dentro del área de desarrollo y evolución humanas; es una degeneración o forma de involución: sujetos que «no dan la talla», pues no se han individualizado, se agrupan de forma heterogénea para «hacer masa» y atraer entre todos pensamientos e ideas ya que, de uno en uno, son incapaces de hacerlo, por no tener la base suficiente (no se han polarización sexualmente), para ello.
Todo grupo o toda pareja que se forma, sin tener las ideas claras, debe de pasar una serie de etapas para homogeneizar sus bases y estructurar sus contenidos y futura evolución. Con el tiempo, si sus miembros no son conscientes, quedaran sujetos a normas y reglas fijados de antemano por los diferentes *espacios/etapas por las que ha circulado la humanidad. Espacios propios de su evolución y autorregulación como especie (proyecciones, expectativas, estereotipos, tópicos, etc.)
Relacionarse con personas es como invertir en bolsa, cada persona lleva «nuestro valor personal» al alza o a la baja, según sea ella, por lo que hay que mirar muy bien si nos interesa relacionarnos con dicha persona; y además hay que mantener actualizada la relación, incluso cerrarla si no nos resulta positiva o rentable.
En cuanto a las relaciones grupales, en una vida consciente solo tienen sentido cuando son organizadas y tienen una finalidad cultural, educativa, laboral, ejecutiva, etc.
Formar un grupo, «sin ton ni son», solo conduce a la disolución de los límites personales, sin adquirir ninguna ventaja personal, es algo así como una orgía de sensaciones y sentimientos que produce borrachera emocional, pero nada más.
Formar parte de un grupo no homogéneo, sin una finalidad concreta, es como jugar a una ruleta rusa: sus miembros disputarán por la atención, siempre habrá un vencedor y, por tanto, un perdedor y sus respectivos seguidores.
Las fisuras no tardarán en manifestarse y sin una idea o bases en común que les mantengan unidos y coherentes, la energía del grupo se disolverá y aparecerán las facciones y la competitividad internas y externas. Así se establecen las típicas pandillas en las que alguien lleva la voz cantante y los demás le sirven de coro; las luchas por el poder, por la atención, en las que las actitudes sexistas, si es un grupo mixto, tienen una gran relevancia.
En estos grupos no conscientes/no homogéneos se observan los mismos comportamientos que en los grupos de primates observados en un documental del televisor: machos alardeando de poder (dinero, cargo, cultura, cuerpo, coche, etc, por alardear, alardean hasta de poder sexual), machos compitiendo por ese poder (en plan rebelde o pelota sumiso), hembras buscando poder, (seduciendo o dejándose seducir), hembras alejando o acercándose a hembras con poder (criticando o despellejando), etc. Este es el verdadero trasfondo que se da en los grupos inconscientes o formados al «azar»
En estos grupos también se reflejan todas las actitudes familiares no resueltas, se proyectan roles de hermanos o hermanas para compartir o pelear, se adoptan roles maternales o paternales para proteger o controlar y entonces decimos que el grupo es «guay» que nos sentimos como en casa. Solo que así es imposible madurar e individualizarse.
La integración en un grupo de personas de forma inconsciente o emocional siempre va a ser negativa para el desarrollo de nuestra personalidad. Solo si un grupo se forma con la intención concreta de reunir votos, de hacer presión respecto a un tema o entidad cualquiera, colectiva o individual, los resultados de dicha participación podrán ser positivos.
La única manera de evolucionar personalmente, una vez adultos, es por medio de una relación de pareja, activa y consciente. Evolucionamos en el terreno privado/personal y luego reflejamos esa evolución en el terreno social, no a la inversa.
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