¡Céntrate!
Decirlo es algo sencillo y, sin embargo, no todo el mundo sabe centrarse o permanecer centrado durante el día por lo que, a lo largo de la jornada laboral, se van acumulando tensiones que desgastan nuestro sistema nervioso, creándonos la impresión de que vivir es más costoso de lo que en verdad resulta la vida cuando permaneces centrado…
¿Qué es centrarse? Saber lo que tienes que hacer en este preciso momento. Para ello tienes que saber quién eres y qué necesitas prioritariamente en tu vida.
¿No lo sabes?
Mira y escucha a tú alrededor y el tema que más llame tu atención te dará una pista…
¿Sigues sin saberlo?
¿Qué tal vas de salud? ¿Qué tal vas de amor/pareja/relaciones? ¿Todo OK? ¡Genial!
¿Y tus seres queridos? ¿Alguna preocupación o conflicto relacionado con ellos, especialmente con los más cercanos? Si es así, es síntoma de que no miras y escuchas a tu alrededor como debieras.
El centrarse es un hábito que debe de integrarse en la infancia procurándole a los niños una educación holística que integre las necesidades físicas, mentales y emocionales. La capacidad de mirar a derecha e izquierda, arriba y abajo y delante detrás es lo que nos permite avanzar por al vida enfrentando los retos que la vida en comunidad nos depara...
Una de las formas más sencillas de equilibrar la respuesta emocional y mantener estable, sereno y centrado nuestro estado de ánimo es realizando ejercicios de integración hemisférica que refuercen la lateralidad. Una de las técnicas más sencillas que conozco que ha integrado de forma lúdica y casi natural este concepto de lateralidad es la gimnasia cerebral. Aunque en método cronos le hemos dado una vuelta más y hemos fusionado sus ejercicios con algunas pautas de reeducación corporal. Cuando sincronizamos el ritmo de nuestros dos hemisferios lo que hacemos es que “papá” y “mamá” armonicen sus puntos de vista, lo que ayuda a liberar las cargas de polaridad sexual que llegan a acumularse después de una larga jornada laboral en la que hayamos utilizado en exceso el hemisferio izquierdo.
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