Buscando la armonía... Sentido de la escucha

Tierra de ángeles… 2004.
Director Kay Pollak. Suecia.
132 min. Drama. Romance.

La semana pasada el tema «Escuchar» se hizo presente con fuerza en mi panorama audiovisual. Primero fue una emisora de radio con un spot publicitario que decía ¡Somos lo que escuchamos!... Al pronto, mi voz interior respondió ¿de verdad? Y de forma casi automática empezó a abrir todos mis ficheros relacionados con el tema «sentido de la escucha» haciéndome pensar en la repercusión de esta afirmación en caso de ser aceptada como cierta. 

Al día siguiente emitieron en la 2 la película Tierra de Ángeles en la que el protagonista se presenta diciendo: «solo vengo a escuchar»… y con esta, aparentemente sencilla actitud, revoluciona el ambiente del pequeño pueblo al que regresa para sanar su memoria del pasado. Escuchando a sus compañeros del coro, el protagonista recupera su propio tono vital, el tono que perdió cuando de niño se alejó sin resolver los conflictos con su entorno.

Habría mucho que matizar en relación a la expresión «somos lo que escuchamos» pues, según se mire, puede ser verdadera o falsa…

Es cierta para todos aquellas personas que escuchan de forma autómata y sin fijar límites; personas que oyen pero no escuchan y, por lo tanto, van cargando con los mensajes subliminales de los demás acumulando tensiones que después tienen que eliminar en forma de sobrepeso, sexo compulsivo, ansiedades, miedos, etc. O sea, son o se convierten en todo aquello que oyen…

Sin embargo, cuando escuchamos a una persona en forma consciente le otorgamos el «don» de existir en nuestro interior en la forma que nosotros elegimos y su presencia es resonada en función de nuestra propia coherencia o incoherencia de vida. Escuchar a una persona es un acto de amor y hay que ser coherentes con los sentimientos que sus palabras provocan en nuestro interior ya que en función de nuestra respuesta o sentir todo su ser vibrará y será esta vibración la que va a definir su estructura energética, emocional o cristalina.

Esta estructura energético-cristalina es la que da soporte a nuestro equilibrio emocional y por resonancia a nuestra estructura ósea; por lo que lo cierto es que ¡SOMOS COMO SOMOS ESCUCHADOS!… y en nuestra mano está elegir para compartir nuestros estados aquellas personas con las que vibremos en armonía debiendo fijar límites con aquellas personas que, a la hora de compartir sus estados con nosotros, no armonicen con nuestro estado… 

Buscar la armonía es algo que escapa a la individualidad del ser humano y lo sitúa a la búsqueda de su conciencia de humanidad. A la hora de integrarse en un grupo y cuando una persona no está en equilibrio, supeditará la búsqueda de la armonía, propia de personas equilibradas, a otros factores que compensen su falta de equilibrio emocional. Estas personas son atraídas por ambientes y estados que, lejos de armonizar con su estado, lo neutralizan, compensan, equilibran o complementan, por lo que en vez de aportar su presencia al espacio grupal lo empobrecen. 



Dinámica del otoño: Integración. Límites…

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La persona que está en contacto con sus sentimientos y los comparte con los demás, no teme la llegada del otoño. El mantenimiento de un estado saludable depende especialmente del equilibrio entre las actividades hacia fuera y las actividades regulares dirigidas hacia dentro. Extenderse y contraerse, abrirse y cerrarse, defender los límites. Esta sería la expresión energética del otoño. El equilibrio de entrada, con el aire que respiramos y los alimentos que ingerimos, y la salida con la expiración y la eliminación.



Este texto está extraído de mi libro "El cuerpo sabe. Recupera tu voz interior"








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