Guía para vivir en paz. Pon límites en tu vida
Concepto de la paz.
El olfato te da la capacidad de orientarte, de guiar tu camino y de reconocer las cargas en un nuevo espacio o ambiente, pero lo hace basándose en tus instrucciones, en los objetivos o intenciones, con los que abordas ese espacio. Si das prioridad al enfoque pacífico, al objetivo de la paz, y la armonía por encima de todo, el olfato seleccionará «las cargas», el tiempo de valoración en función de ese objetivo. Y te dirá, en cada uno de los sitios y personas con los que te relaciones, cual es el grado de compatibilidad.
No tienes porque ir a la defensiva de antemano, ni ir con prejuicios relativos a un tiempo pasado. Esto es lo que significa realmente respetar o darse otra oportunidad.
Las guerras, conflictos y discusiones de todo tipo, las provocan las personas que son incapaces de negociar, cooperar, pactar, dialogar o detenerse; son personas que tratan de imponer sus puntos de vista por la fuerza y son propias de países y personas poco civilizadas/educadas, que pueden llegar a ser brutales, fanáticas y obsesas; personas incapaces de tolerar un acercamiento progresivo y una conciliación de posturas: cada una de estas personas quiere mantener su ritmo sin respetar el tiempo o ritmo del otro.
Las guerras y los conflictos personales son propios de tiempos extremos, en los que la prioridad suele ser la supervivencia física. También suelen ser propios de personas que no han superado la etapa primaria (0-3 años), y todos los problemas los hacen personales; entonces, en cuanto bajan sus constantes vitales, (hambre, sed, sueño, cansancio, etc.) se tornan irascibles y peleonas como los niños pequeños. Esta claro que las guerras y conflictos son propias de caracteres infantiles e inmaduros, de personas emotivas o personas débiles que necesitan reafirmarse en su vivencia diaria del control o aprendizaje del espacio común.
Queda claro que, si tu objetivo es la evolución pacífica, tus sentidos te orientarán a la consecución de ese fin, has de estar atento a las señales y sentimientos negativos que te indican cuando te alejas de tu camino y a las positivas que confirman cuando te aproximas o culmina una etapa del viaje.
No todas las señales tienen que ver con el control de tu espacio personal, algunas te indican la reserva de comida, o energía, la cantidad de tiempo de la que dispones para ese trayecto y, si estás atento, aparecen, poco a poco, por lo que son previsibles.
Otras, sin embargo, las mas claras y categóricas –no graduables- aparecen casi con cierta brusquedad, son las que te indican la dirección, el rumbo, el tema o camino a seguir y esas si que hay que estar atento y no traicionarlas.
Hay temas, ambientes y personas que solo toleramos en el ámbito profesional y solo el tiempo justo, hay otros temas, ambientes o personas que ni siquiera en lo profesional, pues ya están superados y atenderlos es como volver atrás.
Tanto en el ambiente profesional como en el personal hay que seleccionar los espacios en función de nuestras prioridades (el olfato nos guiará), y una vez seleccionados valorar el tiempo que les podemos dedicar escuchando nuestras sensaciones y pensamientos. Queda claro que esto se consigue permaneciendo centrados (¿cuál es mi intención para este espacio?) durante el tiempo laboral, o el tiempo de convivencia, dedicando el tiempo suficiente a descansar y regenerarnos para no «pinchar» y poder rodar sin sobresaltos.
- DISCUTIR. Se discute porque se habla «acaloradamente» sobre la marcha, y esto es incompatible con la función de hablar. Para hablar correctamente hay que estar parado, física y mentalmente, llevar las ideas claras, y emitirlas con claridad. Los temas no se improvisan y se preparan con antelación. Las ideas se reciben cuando estás en movimiento, pero se emiten en forma lenta y pausada.
- HABLAR es análogo a caminar, si se habla no se camina y viceversa, sobre todo de temas serios, y aprovechar el tiempo de marcha para hablar de cosas intrascendentes es una perdida de tiempo. Cuando se pasea o se anda, es conveniente, dedicarse a observar el ambiente que nos rodea, y disfrutar de las sensaciones físicas, lo que facilita la recepción de ideas.
«Hablamos para poner al día, para ajustar los diferentes ritmos y experiencias personales. Si todos tuviéramos el mismo grado de evolución, no necesitaríamos hablar.»
Las personas que han sido sometidas a la fuerza a tiempos y ritmos diferentes al suyo, viven invadidas y con sentimientos de odio y rencor, y no estarán tranquilas hasta que eliminen el tiempo invasor; estas personas son proclives a la violencia y usan la fuerza, en la misma forma que fue utilizada con ellas, o huyen de ella, por lo que la rabia les consume. La única forma de acabar con ese circulo de odio y rencor es la toma de conciencia de los sentimientos negativos y su eliminación mediante ayuda terapéutica.
En este caso no es suficiente con hablar, la dramatización de golpes, peleas y actitudes invasivas y agresivas pondrá en marcha el mecanismo de eliminación y con una dieta y ejercicio adecuado, la eliminación de frecuencias o tiempos ajenos será completa. A la par se reeduca la personalidad para que sea capaz de escuchar sus necesidades y poner los límites necesarios para no ser invadidos de nuevo.
Pautas para la convivencia pacífica
- Acuerda un espacio y un tiempo semanal, donde poder expresar con libertad y en positivo los problemas de convivencia que surjan durante la semana. En este espacio no se puede llorar, gritar, o expresarse emocionalmente. Los temas hay que llevarlos preparados de antemano y por escrito aportando la solución que uno piense que es la correcta.
- Expresa por separado en un papel todas las cosas que hasta ese día de hoy te hayan cabreado y por las que hayas discutido. Después positívalas en un lenguaje que no hiera los sentimientos del otro.
- Después verbalízalas en forma de sugerencia: He pensado... ¿qué te parece? ¿Cuál es tu idea al respecto?
- La persona que tiene que aportar la solución, es la que en su momento se haya sentido enfadada o cabreada. Es muy importante que la otra persona sea sincera en su respuesta y si no está de acuerdo con la propuesta debe de aportar otra; si no tiene una propuesta alternativa, se acepta la primera propuesta.

Criterios de selección audiovisual
Pauta a seguir: Cada uno, por separado, debe de tener claro que programa quiere ver. Un tiempo antes de la hora prevista, deben de hablar cada uno de su elección, si no es la misma, cada uno debe de exponer sus razones para ver dicho programa, (han de ser coherentes y conscientes) y, una vez escuchadas ambas partes, una de las dos no tendrá inconveniente en ver lo que la otra haya elegido, o decidirá que esa noche puede hacer otras cosas como leer, estirar, meditar, escribir o escuchar música.
- En las familias que hay niños o jóvenes son los padres los que eligen la programación, teniendo en cuenta las necesidades evolutivas de sus hijos, según la edad. Por lo general, si los padres se respetan entre ellos, los hijos siguen su ejemplo.
- La TV, durante la semana, es como una vacuna contra el ambiente socio-laboral en el que nos desenvolvemos, con un ratito basta, pues no hay que irse a dormir tarde; si se elige correctamente, cumple una función terapéutica y educativa. Durante el fin de semana (sábado y domingo), se puede pactar que cada día elija uno la programación o cine que le interese. Procurando el día que se está de «invitado» interesarse y comprender los gustos del otro, pero sin fingir, no dar la aprobación para agradar, si no nos ha gustado la película o programa que el otro ha elegido, decirlo con términos positivos, sin herir.
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