Bordando el concepto de autoestima

Lo que soy es lo que ofrezco…





Hoy he despertado con el tema «ricos y pobres» activado quizás porque hace unos días asistí a una comida de empresa en la que el tema “+ facturación” surgió en uno de los brindis realizados de cara al próximo año. Después y con los ojos cerrados ha pasado ante mis ojos la historia del mundo a una velocidad de vértigo y he visto con claridad algo que ya constaté hace tiempo cuando liberé el fantasma de la pobreza en mi vida: el abismo que separa lo bueno de lo malo, el placer del dolor, la riqueza de la pobreza es un abismo interior y desaparece cuando liberas tu conciencia y alcanzas la paz interior. 

A partir de ese instante vives en un mundo de libertad, fraternidad e igualdad en el que la moneda de cambio es tu palabra, tu mirada, el vibrar de tu corazón en las acciones que materializas en el día a día. 

Hace ya algún tiempo fui «lo suficientemente rica» como para tener varias personas asalariadas a mi cargo y fue entonces cuando adquirí la conciencia de que ser «rico» no es positivo para la evolución humana; y, hace más tiempo todavía, que fui «lo suficientemente pobre» como para tener que vender mi tiempo realizando una labor en la que mi persona no vibraba lo más mínimo…

La suma de estas experiencias y otras muchas más hicieron crecer en mi interior la firme convicción de que las personas necesitan ser libres a la hora de ofrecer sus servicios a los demás y que el mayor reto evolutivo al que se enfrenta la humanidad consiste en eliminar las desigualdades sociales.

Cuando pienso en el futuro, suelo verlo con la imagen de un niño de unos 6-7 años preguntándole a su madre continuamente ¿Por qué existen ricos y pobres? ¿Por qué existen las guerras en vez de la paz? ¿Por qué existe el dolor y no el placer? ¿Por qué…? ¿Por qué:..? etc. etc.…

La infancia es la etapa de convertir los ¿por qué? en ¿para qué?,. y cuando una persona se hace adulta sin realizar esta transición hacia lo funcional quedará atrapada en el mundo de la dualidad donde siempre existe el riesgo de oscilar del polo positivo al polo negativo. 

Es por eso que a la hora de brindar por el nuevo año, hago presentes aquellas actitudes que necesito priorizar en relación a las personas con las que comparto el brindis (es algo que me sale sin pensar)…



Y es por eso que hoy, último día del año, alzo mi copa virtual con todos vosotros para hacerla vibrar con buenas vibraciones… Una copa llena, ante todo, de ¡PAZ!... Amor y Libertad; con unos toques de sabiduría, magia y encanto… y salpicada de ¡confianza!....muchas gotitas de ¡confianza!....

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