Cuando mueren los apegos, nace la libertad...

Madre. Memoria. Cumplir años…  
Niveles de autonomía y autogestión personal

Ayer escuché una cuña publicitaria que decía ¿qué no sabes cuándo es tu cumpleaños? ¡Pregúntaselo a tu madre!... Esta sencilla cuestión me hizo reflexionar sobre el tema «cumplir años» y en quien nos lleva el recuento «oficial» del tiempo vivido desde que nacemos hasta que nos hacemos adultos.

En mi mente, la figura materna es análoga a un administrador que tiene la responsabilidad de gestionar nuestro presente hasta que somos capaces de hacerlo por nosotros mismos. De esta gestión va a depender el nivel de autonomía personal alcanzado y la capacidad de superar los retos del día a día.

Una vez que una persona se empareja o independiza, el cordón umbilical, que primero fue físico, más tarde emocional y, por último, sentimental, se corta por completo y, esta vez, para siempre. Los vínculos que enlazan a una persona con su familia de origen son los mismos que nos enlazan con el pasado y quedan, definitivamente, disueltos cuando todas las transferencias depositadas por el bebé, el niño y el joven, en la figura materna, se reintegran, una por una, por medio de una buena educación…

Llegados a este punto lo único que une a una persona con su familia de origen es el respeto a la memoria del tiempo compartido; memoria que deberá de transferirse por completo a la pareja sentimental destinada a ser tu compañero de vida. La persona con la que actualizas tu día a día y con la que compartes el vínculo que te une al presente. Persona con la que reinicias de cero cuando te emparejas primero sentimentalmente y después con cada nuevo encuentro sexual.

La verdad, es impresionante ver la inmensidad de vínculos al pasado sin resolver, de transferencias personales sin reintegrar y de cordones umbilicales sin cortar y enmarañados hasta el punto de llegar a asfixiar el pleno desarrollo de un, cada vez mayor, número de personas que tratan de resolver sus precarias existencias en la forma que pueden. Sin saber que todo radica en la ignorancia de las leyes que rigen el desarrollo de la conciencia de humanidad.

Lo cierto es que, para una mayoría de personas,  sigue siendo la figura materna la que les «lleva las cuentas» de su vida; la que les «suma» o les «resta» los créditos o niveles de realización personal alcanzados y la que, según su valoración o enfoque de la realidad, les puntúa en cada celebración familiar compartida, cumpleaños incluidos.

Finalmente, las familias se mantienen unidas gracias al apego familiar generado por los miedos y a los intereses creados y, lo peor, es que a esto le llaman ¿amor?

¡APEGOS, APEGOS, APEGOS Y MÁS  APEGOS……………………………………………………!

Allá donde mires, resulta casi imposible ver el brillo de una relación auténtica en la que nos existan lazos ni interés alguno que vincule a dos personas, más allá del ritmo acompasado de un mismo corazón viviendo en el Aquí y el Ahora…

Los humanos nacemos en el seno de una familia pero nos debemos a la especia y a nuestra conciencia y son las necesidades evolutivas las que priman a la hora de evolucionar. Cuando la evolución de una persona no muestra señales de autorrealización significa que su vida está anclada en el pasado y la única forma de ponerse al día es resolver su mapa emocional y cortar su cordón umbilical resolviendo los vínculos no resueltos.

Se acerca el equinoccio de primavera, tiempo en el que los vínculos no resueltos con el pasado se ponen de manifiesto para ser modificados…



Persona autónoma: Que obedece a su propia conciencia. Independiente
Autogestión personal: sin jerarquías. Que participa de las decisiones que afectan a su vida


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