La caída de los gigantes
En esta novela el autor muestra el contexto social en el que germinó la semilla de la primera guerra mundial. Su lectura me ha hecho pensar en un formateo de la historia vivida hasta ese momento y en el fracaso a la hora de instalar el sistema operativo actual, lo que dio lugar a la 2ª guerra mundial en la que se tuvo que reiniciar de nuevo el sistema, esta vez de forma más consciente. El hecho de personalizar y dar nombre propio a los gigantes en contienda (Inglaterra, Alemania, Rusia y Estados Unidos), permite observar de cerca el contexto socio-económico, cultural y religioso en el que se materializó el principio del fin de la Historia que los humanos habíamos construido desde que cambiamos la vida nómada por el sedentarismo.
Era cuestión de tiempo que los grandes imperios fraguados a golpe de cañonazos colisionaran entre sí para dar paso a una nueva conciencia de humanidad. El sentimiento de ¡esto no hay quien lo pare! acompaña al lector durante toda la obra; es como si, antes de suceder, todo estuviera ya escrito y, en verdad, así pienso que sucedió…
Las fuerzas que mueven los hilos de la historia están más allá de la conciencia de lo personal, más allá de la conciencia de nación o gobierno y más allá de la conciencia terrenal o humana. Estoy convencida que son las fuerzas cósmicas interplanetarias las que nos impulsan a movilizarnos cada vez que en un punto concreto de la Historia (tiempo-espacio), cristalizan a la vez pasado, presente y futuro lo que obliga a re-dimensionar la escala en la que se mide la conciencia de humanidad. No tengo constancia de que existan otras vidas similares a la humana más allá de nuestro planeta, pero no necesito tenerla para saber que son las fuerzas cósmicas las que gobiernan el desarrollo de la conciencia planetaria cuyo exponente más elevado es la conciencia de humanidad y su mínima expresión la conciencia personal.
Este gobierno cósmico (por llamarlo de alguna manera), es lo que ha inspirado mitos y leyendas sobre dioses caprichosos que juegan con el destino de los hombres y de héroes valerosos que luchan para que la humanidad no sea castigada o extinguida.
Si la visión que yo ofrezco es real ¿qué puede hacer una sola persona para evitar una guerra? ¿Son inevitables los conflictos?
Solo cuando has eliminado de tu vida la memoria histórica o lo que es lo mismo, cuando has eliminado la memoria de rabia, miedo y dolor de tu sistema emocional estás en disposición de aportar paz al mundo. En esta verdad se basa el ¿susto o muerte? que se plantea en la fiesta de Halloween en forma de juego pero que esconde una realidad vibratoria por la que toda herencia histórica-emocional tiene que ponerse al descubierto y ser eliminada para poder vivir libre de conflictos. Es cierto que con esta liberación personal no puedes impedir los conflictos que atañen a toda una generación y que incumben a la evolución de todo un pueblo o nación pero si puedes impedir que la sangre te salpique. La evolución de una persona liberada emocionalmente en el transcurso de un conflicto tribal, nacional o mundial es diferente a las que tienen deudas de sangre en su memoria emocional.
Las deudas de sangre gravan emocionalmente a los descendientes de hasta tercera o cuarta generación, o sea hasta los hijos de los nietos de aquellas personas que mataron o murieron en el transcurso de un conflicto armado. Morir en forma dramática, no por enfermedad sino a manos de otro ser humano y de forma deliberada (no por un arrebato) durante una guerra genera la mayor carga posible en nuestra conciencia de humanidad y las personas deberían poder objetar este deber que la patria nos exige. ¿Cobarde o desertor? Depende de si objetas por convicciones éticas o si lo haces por miedo a luchar. La lista de conflictos sangrientos en la búsqueda de la conciencia de humanidad alcanza su punto álgido con la revolución francesa donde la cabeza del absolutismo es cortada por la rabia descontrolada de un pueblo oprimido durante milenios con la excusa de que era la voluntad de dios la que decidía el honor de ser rey. A partir de ese momento la Historia comienza a formatearse con el fin de poder escribirse de nuevo y tanto la 1ª guerra mundial como la segunda y todos los conflictos nacionales que entre medias han ido surgiendo forman parte de esta reestructuración de las grandes fuerzas que durante milenios impulsaron la búsqueda del bien común que, visto de forma sencilla, no es más que la suma de muchos bienes propios o personales.
A propósito de la Libertad, Igualdad y Fraternidad
Cuando una persona libera su memoria de dolor, entiende que el enemigo no existe y que toda percepción hostil proviene de su interior. Esto es lo que la lleva al convencimiento de que más allá de la sangre, todos somos hermanos y llegados a este punto, el concepto de igualdad puede instalarse porque, al no tener necesidad de erigir defensa alguna, no necesitas elevarte sobre los demás y la dualidad, superior-inferior desaparece de tu vida pues siempre estuvo alimentada por el miedo a perder la propia identidad, proyectada en el poder, el dinero, la imagen social, etc. Por último llega la paz y con ella la certeza de que el conflicto ya no forma parte de tu equipaje personal y esta es la única defensa que necesitas para circular por el mundo.
Nota: pagar las deudas de sangre por medio de una enfermedad tiene su origen en la falta de conciencia de sí y la dificultad de poner límites entre la conciencia personal y el entorno. En cambio, verse envuelto en un conflicto territorial armado y morir durante el mismo está relacionado con el exceso de aislamiento con el entorno y la ausencia de una visión global o conciencia de humanidad. Algunos podrían alegar que murieron luchando por el bien común pero en verdad fueron víctimas de una ideología que les hizo ver la realidad en forma fraccionada y esta es la verdadera causa de su muerte.
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